DE LOS ESTRETORES DEL PANAL, COMENTA GRANADOS CHAPA:
El Panal de Gordillo
Miguel Ángel Granados Chapa
23 Abr. 08
Miguel Ángel Jiménez, que fue presidente del partido Nueva Alianza y después el coordinador de su grupo parlamentario de nueve miembros, cayó de la gracia de la fundadora y propietaria de esa patente electoral. Lo sustituye la diputada Silvia Luna
Durante algún tiempo en 2005, la entonces secretaria general del PRI Elba Esther Gordillo negaba vinculación alguna con el partido Nueva Alianza, registrado ante el IFE ese año. Luego se ha presentado sin embozo como la dueña de la patente y ejercedora única del poder en esa organización, que no sólo contribuyó decisivamente a la formalización del triunfo de Felipe Calderón sino que retuvo su registro para participar en elecciones y alcanzó representación parlamentaria.
Ella determinó que Roberto Campa Cifrián fuera el candidato presidencial de esa agrupación (y ella decidió que forme parte de su gabinete personal asimilado al que encabeza Felipe Calderón, como secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad Pública). También decidió que Miguel Ángel Jiménez Godínez presidiera el naciente partido; resolvió que, al rendir protesta como diputado lo reemplazara Tomás Ruiz, y a éste lo sucediera, cuando el ex subsecretario de Hacienda se agotó de tanto viajar en busca de las directrices de su patrona, el púgil Jorge Kahwagi. Y ahora, por medio de éste para cubrir la formalidad, ha determinado que Jiménez Godínez sea reemplazado por Silvia Luna Rodríguez al frente del grupo parlamentario del Panal. En medio de la alharaca provocada por la toma de la tribuna en San Lázaro, esa mudanza en la fracción abiertamente gordillista requiere atención.
Notoriamente, la planilla de candidatos del Panal a las curules de representación proporcional fue obra directa de la omnipresente presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Eso explica por qué la única senaduría ganada por el nuevo partido recayera en Rafael Ochoa Guzmán, en aquel momento hombre de confianza de la dirigente nacional y número dos del Comité Ejecutivo, del que era secretario general. El grupo de nueve diputados con el que pudo lograr la configuración de una fracción parlamentaria (lo que implica, entre otras ventajas políticas, que quien la encabece sea integrante de la Junta de Coordinación Política de la Cámara) muestra igualmente la firma de Gordillo como su autora.
En la novena panalista hay dos subgrupos claramente diferenciados, el compuesto por quienes forman parte del sindicato magisterial y han ejercido allí cargos de relieve (incluido el liderazgo nacional), y los ex priistas ofendidos por la candidatura de Roberto Madrazo que encontraron lugar en la organización encabezada por la adversaria frontal del ex líder nacional priista. Forman parte del primer subgrupo, el de las profesoras y profesores, Silvia Luna Rodríguez, que ahora encabeza la fracción parlamentaria; Blanca Luna Becerril; Ariel Castillo Nájera, Humberto Dávila Esquivel y Jacinto Gómez Pasillas. Los ex priistas no vinculados al SNTE son Irma Piñeyro y Manuel Cárdenas Fonseca. Completan el grupo el dos veces degradado Jiménez Godínez, que aunque fue funcionario de gobiernos priistas parece no haber militado en el tricolor. Y Mónica Arriola Gordillo, cuyo título único y suficiente deriva de su segundo apellido. Ella es hija de la lideresa y de Francisco Arriola. Ese matrimonio se disolvió hace mucho tiempo pero no la alianza política que derivó de esa unión y que hace ahora de Arriola el secretario de finanzas del poderoso sindicato magisterial.
Jiménez Godínez cursó ciencia política en el ITAM, trabajó en Los Pinos (en la oficina encabezada por José Córdoba) y en Gobernación. Estudió en Londres y a su regreso, desde su propio despacho de consultoría, estableció relación con Gordillo. Un rasgo peculiar de la dirigente, que le ha permitido emprender iniciativas audaces, es su capacidad para atraer asesores de alto nivel académico, que no necesariamente ostentan su vínculo con la dirigente magisterial pero contribuyen a que el rudo pragmatismo de la lideresa se aliñe con propuestas y aun con ideas, como las que ella presenta como suyas en artículos de prensa y conferencias en foros sobre educación.
Con clara visión de mediano plazo, Gordillo había dispuesto organizar desde el SNTE una agrupación política nacional, la Asociación Ciudadana del Magisterio, cuya dirección confió a Noé Rivera y después a Jiménez Godínez, quien a su vez había estrechado lazos con Fernando González, yerno de la dirigente (casado con su otra hija, Maricruz Montelongo y ahora subsecretario de Educación Básica en la SEP), y con la agrupación Conciencia Política, dirigida por el entonces voluminoso Guillermo Xiuh Tenorio, ahora esbelto diputado local (pues también en el DF logró representación legislativa el Panal). Otro joven tecnócrata convocado al efecto fue Alberto Cinta, primer secretario general del partido y su candidato al gobierno de la Ciudad de México.
No obstante esa proximidad con su jefa, Jiménez "dejó de estar en el ánimo" de la lideresa (para usar una expresión del priismo tradicional en que ella se formó y aún profesa aunque haya sido excluida de él). Como parte del reacomodo interno en el sindicato magisterial, Gordillo busca reforzar la identificación de Nueva Alianza con la organización gremial. Le viene muy bien para ello la diputada Silvia Luna Rodríguez, que fue secretaria general de la sección aguascalentense del SNTE. Ya tenía una posición relevante, como presidenta de la Comisión de Ciencia y Tecnología. Y, salvo que haya roto con alguna de ellas, será puente entre las hijas de Gordillo (si es verdad que riñen ahora), pues formó parte de Mujeres en Acción por México, el grupo de Montelongo y es compañera de escaño de Arriola.
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