La batalla contra el charrismo del SNTE es esencial para transformar a fondo la educación
Pedro Echeverría V.
1. ¿Será casual que las cinco secciones más importantes de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) están sufriendo en estas semanas las agresiones más violentas del charrismo sindical encabezado por la líder Esther Gordillo? Oaxaca tuvo que salir a la calle, hacer fuertes marchas en la ciudad y en el DF, bloquear la secretaría de Gobernación, para lograr una simple convocatoria a su congreso seccional que celebrará en algunas semanas. La sección novena, del DF, logró que el CEN lance la convocatoria del Congreso de elección después de exigirla ocho años; se eligieron a los delegados el lunes 30 y la CNTE logró el 80 por ciento de ellos, por ese motivo Gordillo no realizó el Congreso, pero sí hizo una reunión a escondidas con sus incondicionales para imponer una mesa directiva. En Michoacán Gordillo y el gobernador del PRD firmaron un acuerdo para dividir a la sección sindical dominada por la CNTE y lo están logrando. En Guerrero y en Chiapas la represión ha llevado a paros, plantones y más actos de protestas de los maestros de esos estados.
2. Los sindicatos de trabajadores de educación no son simples sindicatos porque su materia de trabajo es la educación; por ello tienen la responsabilidad de influir de manera determinante en el rumbo educativo del país; así como los sindicatos de servicios de salud deberían estar interesados en la buena salud del pueblo. Aunque la mayoría de los dirigentes del SNTE olvidan siempre por ignorancia, comodidad o por mala fe que el objetivo de sus luchas es conseguir una buena educación para el pueblo y que al pedir mejores salarios y prestaciones para sus asociados es para contribuir más en el proceso educativo, en la CNTE se ha demostrado que sí hay propuestas educativas construidas en reuniones y congresos a propósito. La demanda de defender la educación pública, gratuita, laica y popular que ha mantenido la CNTE en las calles es esencial en estos momentos en que los gobiernos neoliberales, en particular los panistas, han logrado privatizar gran parte de la educación y le han recortado el presupuesto público.
3. Los sectores más importantes de la CNTE no limitan sus luchas sindicales a simples logros económicos gremiales. Saben que cualquier aumento salarial rápidamente es absorbido por el sistema capitalista que no deja de aumentar los precios y de fortalecer la conciencia del funesto consumismo. Por ello la sección oaxaqueña (por ejemplo) no ha dejado de luchar por demandas a favor de la economía de los padres de familia, de becas, uniformes, libros y útiles escolares para los estudiantes, al mismo tiempo que reclama la apertura de más escuelas, maestros más preparados y cursos de nivelación. A los dirigentes del sindicalismo charro les importa un bledo la educación porque a ellos lo único que les interesa es el poder y los privilegios que se obtienen alrededor de él. Por ese motivo, mas el desinterés y la incapacidad del gobierno mexicano, la educación nacional ocupa uno de los últimos lugares en el mundo. La CNTE sabe que la unión del sindicalismo corrupto y los altos funcionarios de la SEP han desgraciado la educación.
4. Lo que ha sucedido en las últimas semanas es que la misma CNTE está enfrentando los problemas seccionales de manera particular, es decir, muy dividida; pareciera que la funesta Gordillo, sentada frente a un tablero, moviendo con habilidad sus fichas, ha planeado muy bien sus jugadas. Cada sección marcha muy sola porque las demás están ocupadas en problemas propios. La sección de Chiapas hace solita su paro, Oaxaca sola prepara su congreso, la sección 18 de Michoacán se enfrenta solitaria a la división provocada por SNTE/gobernador del PRD; Guerrero enfrentó sólo su congreso y a la novena del DF la golpearon estando sola. La realidad es que la CNTE debe buscar, a como de lugar, enfrentar los problemas de manera colectiva, de lo contrario podría ser destruida, objetivo básico del sindicalismo charro de la Gordillo que al parecer está más fuerte que nunca al contar con el total apoyo presidencial. La CNTE debe cuidar muy bien sus pasos, sobre todo en estas semanas que Calderón busca afianzarse.
5. Nadie, o casi nadie, diría que la líder Gordillo está debilitándose; por el contrario, cualquiera pensaría que ese personaje es cada vez más fuerte desde que el panismo asumió la Presidencia. Durante el gobierno de Vicente Fox obtuvo un fuerte apoyo del presidente y de su esposa, la muy corrupta Martha Sahagún; en el gobierno de Calderón posee un gran peso porque es figura clave en todos los procesos electorales al presentarse en todos ellos a la cabeza de miles de maestros brigadistas y “cuidadores” de urnas electorales. Por si fuera poco esta líder del sindicato más numeroso de América Latina (que recibe 200 millones de pesos en cuota mensual de afiliados), posee un partido político, controla a varios funcionarios del gabinete, tiene legisladores a su servicio y una federación de trabajadores. Sin embargo esa tremenda fortaleza se le puede caer como un castillo de naipes si se derrumba en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que es el origen de su fuerza. Su maestro Jonguitud no tuvo tal fuerza, pero cuando fue derrocado en 1989, desapareció.
6. Y parece que doña Esther, frente a esa fortaleza superficial, ha comenzado a perder el piso y ha empezado a ponerse muy nerviosa. En estados como Tabasco, Yucatán, Jalisco, además de los ocho o nueve donde la CNTE posee una enorme fuerza, se les ha estado escapando de la mano por diferencia con los gobernadores del los estados. Los ejemplos de Tabasco donde el madracismo era o es fuerte, de Yucatán donde la gobernadora tiene mayoría contra Gordillo, en Guerrero donde impidió con la fuerza pública la participación del CNTE y el de la sección novena del DF donde no realizó el congreso porque la CNTE contaba con el 80 por ciento de los delegados, son una muestra muy clara de que la líder Gordillo empieza a ser repudiada por el magisterio. Pero esa realidad la llevará a acudir a otra estrategia, quizá a una más descarada y violenta en la que sus miles de maestros comisionados los convierta en fuerza de choque que se dedique a golpear maestros y líderes; pero esa estrategia podría ser el principio de su desplome.
7. Por eso la batalla de la CNTE debe continuar pero de manera más unitaria. No podría permitir que suceda lo de 1989 cuando el presidente Salinas aprovechó el desprestigio muy grande de Jonguitud Barrios y los fuertes movimientos de protesta magisterial para imponer una nueva líder, la Gordillo, que resultó peor que su antecesor. El sindicalismo magisterial debe ser inteligente para entender que sin batallas unificadas no podrá acabar de raíz con el charrismo. Lo peor sería que la CNTE no fuera capaz, después de casi 30 años de batallar, de expulsar el neocharrismo y de construir un nuevo y verdadero sindicalismo que sea modelo y ejemplo para una nueva sociedad. Ese sindicalismo que tenga la capacidad para proponer y luchar por una nueva alternativa educativa realmente pública, gratuita, laica y polpular. Con un sindicato horizontal, autogestivo y solidario con las luchas populares se podrá construir una nueva educación, que es el gran objetivo por el que hemos luchado toda la vida.
pedroe@cablered.net.mx
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